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Rabat |
Rabat, es una ciudad atractiva y
fotogénica de estrechas calles y balcones de madera pintados de diferentes
colores. Ha sido interesante llegar a primera hora del día. No solamente por
quitarnos horas de calor, sino porque apenas encuentras turistas por la calle.
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Nuestra señora de la gruta |
Dando un agradable paseo hacía el
norte del pueblo, no lejos de la iglesia que acabamos de visitar, se encuentran
las catacumbas de St. Paul´s, nuestro siguiente destino. Realmente se trata del
Museo Wignacourt donde además de las catacumbas visitas el susodicho museo, la
gruta de St. Paul y los refugios antiaéreos de la Segunda Guerra mundial. La entrada para todo el complejo
nos ha costado 5 euros, más 1 euro el audioguía.
Las catacumbas se St. Paul, se
llaman así por su proximidad a la iglesia de St. Paul, tiene lógica ¿no? y
datan del siglo III a.C y durante 500 años fue lugar de enterramientos, aunque
durante la Edad Media fue utilizado como almacén de productos agrícolas.
Durante el recorrido, los angostos pasillos de las catacumbas se confunden con
los pasillos de los refugios antiaéreos que se usaron en la Segunda Guerra
Mundial, convirtiéndose en un pequeño laberinto de túneles. De hecho, las
propias catacumbas fueron parte de estos refugios. Se trata de un lugar húmedo
y oscuro cargado de historia. A nosotros nos ha parecido fascinante la visita.
Tras pasar un momento por el
hostal para ducharnos, otra vez con agua fría. No se que pasa con el agua
caliente en este sitio, pero se nos está empezando a calentar la cabeza con el
tema, nos vamos en busca de un lugar para cenar. Un pequeño pub de estilo
inglés nos parece un buen lugar para comernos un fish and chips acompañado de
guisantes. Por supuesto lo acompañaremos de una cerveza local, en este caso es
una John Smith, una pale ale que te ofrecen como una cerveza local, pero que en realidad es inglesa, pero está bastante rica.
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Catacumbas |
Desde las catacumbas accedemos a
la gruta donde se dice que San Pablo oró durante su estancia en Malta, y desde
aquí por unas escaleras subimos hasta la iglesia de St. Paul, construida en
1675, en estilo barroco. Ambos lugares merecen una visita.
A continuación pasamos a visitar
el Museo Wignacourt. Desde nuestro punto de vista carece de interés artístico, aunque
seguramente el interés histórico es enorme, no en vano, este lugar fue visitado
por el Papa Juan Pablo II.
Tras pasar prácticamente la
mañana entera en nuestra visita al Museo, nos tomamos un pequeño descanso y
aprovechamos para comer un pequeño sándwich, en la plaza más importante de
Rabat, nos damos un paseo por las calles de la ciudad. Nuestra intención era
visitar Domus Romana, pero la villa romana estaba cerrada por obras. Justo
enfrente de Domus Romana están las catacumbas de santa Ágata. Mientras estábamos
en la puerta decidiendo si entrabamos o no, una simpática y cariñosa avispa, ha
querido darnos la bienvenida a Rabat dejándome su aguijón clavado en mi
dedo...dios como me ha dolido!!! al menos este incidente nos ha ayudado a
decidir si entrábamos o no a las catacumbas. NO!!! vámonos de aquí. Así que cogemos
de nuevo el coche, y ponemos rumbo a los acantilados de Dinglí.
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Acantilados Dingli |
Estos acantilados se dice que son
espectaculares, por sus 220 m de altura. La verdad es que son llamativos y
bonitos, pero no creo que lleguen a ser espectaculares. Quizás, no nos parezcan
espectaculares por tener muy reciente la visita a Moher, pero es cierto que se
agradece pasear por Dingli, ya que la brisa, hace más soportable el calor. Y
las vistas acompañan bastante. Hay un pequeño sendero que recorre los
acantilados, y que nosotros hemos recorrido, bueno una pequeña parte de ellos.
Aquí está la pequeña capilla de Santa María Magdalena, y no muy lejos de ella
está Ta Zuta, el punto más alto de Malta con 253m. Muy lejos del Everest..
Después de pasar un rato
agradable paseando por los acantilados hemos ido a ver el Palazzo Verdala.
Hemos estado un buen rato dando vueltas con el coche buscándolo. No había forma
de encontrarlo. Finalmente damos con él. Al llegar, vemos que la verja estaba
abierta, así que ni cortos ni perezosos y sin ningún tipo de impedimentos
entramos con nuestro coche hasta el parking del palacio, prácticamente en la
propia entrada. Nos sorprende no ver gente, más allá de los obreros que estaban
preparando unas sillas y una carpa, pero tampoco le damos mucha importancia al
tema. Viendo que el palacio no es visitable decidimos marcharnos. Al llegar a
Buggiba y buscar información sobre el palacio, nos hemos dado cuenta que nos
hemos colado en la casa de verano del presidente de Malta. Madre mía !! ¿pero qué
seguridad hay aquí, que dos turistas se cuelan en la casa del presidente y
nadie les dice nada?
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Atardecer Buggiba |
Al igual que ayer, el pueblo se
ha llenado de gente por la noche. Así que después de cenar, damos un paseo por
Buggiba, aprovechando que se ha levantado un poco de brisa y se puede respirar,
porque menudo calor hemos pasado durante todo el día.